viernes, 28 de mayo de 2010

El DON DEL ENTUSIASMO


Los entusiastas tienen el don de la intensidad: se maravillan, se electrizan, se inflaman como velas al viento.
Frente al relativismo al que invita la realidad con su miríada de matices y sus preguntas sin respuesta, no se renuncia a la ilusión aun a riesgo de parecer ilusos.
El carácter enigmático de este empuje vital que no parece dejarse convocar - aunque sí cultivar -, ya está presente en la propia etimología de la palabra: deriva del griego enthousiasmos ( inspiración divina, éxtasis ,arrebato), que a su vez se formó a partir de entheos o enthous: ¿ No es el sentimiento de estar poseído por una fuerza que nos acompaña la que nos hace vibrar con lo que nos gusta y nos vuelve alegres, intrépidos y creativos con nuestra propia vida y los proyectos que acariciamos?
Nada se puede llevar a cabo sin cierta entrega. En cualquier tarea el entusiasmo marca la diferencia entre lo que se hace por obligación y lo que obedece al deseo y al crecimiento.
El entusiasmo tiene que tener un poder transformador.
El reto está tanto en acompañar el entusiasmo de lucidez como en lograr que no resulte vacuo o una mera explosión de vitalidad.
Interesa en la medida en que mueve la acción y alcanza a los demás. Al igual que la felicidad, solo parece tener sentido si trasciende a quien lo siente.
El entusiasmo pide ser compartido y propagado, encontrar o suscitar otros entusiasmos con los que seguir viviendo y cooperar. Por eso, cuando no se siente, puede ser útil acercarse a quien lo desprende.
El entusiasmo se puede generar. Basta con elegir algo por lo que se pueda sentir, aunque sea pequeño, y atreverse a comprometerse con ello y permitirnos que suceda.
Entusiasmarse puede llevar a verdaderos cambios. La vitalidad y habilidad para lograr nuestros sueños dependen de la capacidad de experimentarlo.
Si nos dejamos<<>> el efecto del entusiasmo toma todo su impulso

miércoles, 19 de mayo de 2010

NARICES ROJAS



Los “Doctores Sonrisa” con su gran nariz roja y sus batas de color chillón visitan habitación por habitación a los niños que se encuentran hospitalizados. Son artistas, profesionales y especialmente formados para este tipo de situaciones, que juegan con los niños e intenta involucrarlos para que por un tiempo olviden donde se encuentra y descubran un mundo de magia, propio de la infancia.
Alegría: lo más difícil de encontrar en un hospital, donde los adultos pasean de arriba abajo con cara de pena y circunstancia. Sin embargo, de repente se oye una carcajada, seguida de risas y luego otra carcajada aún más fuerte. Y si alguien quiere encontrar el origen de ese jolgorio, basta con asomarse a una habitación, en la que un pequeño paciente se somete a una profunda revisión del doctor TONTON o quizás será la doctora Mete Patas. El objetivo de la institución es aliviar el sufrimiento de los niños hospitalizados a través de la risa, cariño y mas risa.
Esperanza: Dibujar la sonrisa de los más pequeños no sólo les ayuda a olvidar por un instante que pasan por una de las experiencias más traumáticas de su vida, sino que ayuda a los que lo rodean, padres y familiares, a mostrarse más esperanzados sobre la situación del niño hospitalizado. «Yo, que estoy en este hospital desde hace 20 años, puedo comprobar el bien que hace una nariz roja en el alma de los niños enfermos», , Ser positivos y mostrarse frente a los niños fuertes y con una sonrisa de oreja a oreja resulta complicado, cuando, aunque no se sufra la enfermedad como ellos, se tenga conciencia de las consecuencias e implicaciones de la misma. Para ello médicos como el doctor Guay o la doctora Vaga de remate se han especializado en hacer más confortable y agradable tanto las largas, como las cortas estancias en los centros hospitalarios.En las visitas personalizadas, el doctor sonrisa juega, improvisa, e intenta con su labor que los niños y sus familiares olviden por un periodo de tiempo dónde se encuentran, mostrándoles un mundo de color, música, magia, y sonrisas..Pero niño por niño devuelven triplicadas esas sonrisas con la luz de cada criatura, un juego de magia totalmente real.
A veces pienso que trabajamos tanto para los padres como para los niños. Si el niño ríe, el padre también lo hace, y es una auténtica recompensa. Es hermoso comprobar que cuando entras en un lugar un poco tenso, con tu nariz roja, hay como un alivio. Estás allí acompañando para la risa y la emoción, y también para canalizar el llanto" Los payasos de hospitales son incansables, transforman por completo el ambiente, luchando con ayuda de la risa, contra el dolor, el sufrimiento y el aburrimiento. Solo una nariz roja.

jueves, 6 de mayo de 2010

DOMESTICAR EL TIEMPO





Como todas las cosas elementales, muy al principio el tiempo se hallaba en estado silvestre; libre transcurriendo impetuosamente y devorando todo cuanto había en el universo: piedras y agua, plantas y animales, soles y lunas.
En un parpadeo el tiempo se trago eras geológicas, glaciaciones con la natural simpleza de las fuerzas naturales no racionales.
El tiempo levanto culturas y civilizaciones, ciudades e imperios, cuentos y leyendas.
Pero sucesivamente el hombre empezó a precuparse por el devenir de los días y las noches que lo conducían a su desaparición.
Para someter a dicha criatura, se comenzó por venerarla y consagrarla en amplios altares cuyos guardianes eran los sacerdotes convirtiéndolo en una deidad que se envolvía en misteriosos ciclos y libros sagrados.
Pero esa deidad no conocía piedad alguna y su sed continúo inexorable paso a paso.
El culto del tiempo se transformo en rebeliones siendo los propios hombres destructores del propio tiempo saqueando y profanando símbolos, altares, templos. Tras fallidos intentos el hombre anhelaba un pacto con el tiempo surgiendo nuevas tentativas para someterlo cada vez más audaces o temerarias. Con refinadas fantasías pretendió enfrentar los embates irreversibles del tiempo en un desesperado gesto romántico; en realidad se convirtió en una obsesión devoradora.
Algunos intentaron sitiarlo se impuso una rigurosa medición y a cada fragmento se le puso un nombre.
El hombre se lanzo a la conquista minuciosa de dicho avatar.
Fue ahí como ocurrió la invención del reloj, sofistificacíon del afán humano por controlar el tiempo.
Desde el reloj de sol, al reloj atómico hallándose en la cúspide del progreso.
Se descubrió que el paso del tiempo no es inquebrantable ciertos fenómenos como el movimiento lo distorsionan.
No es una voluntad inexorable como el humano, sino una sustancia flácida y maleable que el hombre puede jugar y modelar a su conveniencia.
Sin embargo, la lucha con el tiempo sigue.
En cualquier lugar del mundo hombres y mujeres, reloj en mano, custodiando su tiempo domestico, en vano porque como dijo algún poeta en esencia somos criaturas de nuestro tiempo.
Bailemos ,dancemos,sonriamos con el tiempo, y olvidemos el reloj por algún tiempo.
M.J