martes, 29 de junio de 2010


Se necesita mucha paciencia para permitir que los demás se equivoquen.
Se necesita mucho amor para aceptar los errores de los demás.
Se necesita mucha generosidad para escuchar los circunloquios de los demás.
Se necesita mucha humildad para reconocer que nosotros somos también los demás.

BORJA Y SU RÍO

Aquella mañana no parecía diferente de todas las otras.
Hacía calor, no había escuela y nada hacía pensar que la situación fuera a cambiar.
El tiempo en vacaciones fluye ancho, sin orillas.
Ha nuestro amigo Borja le gustaba bañarse en el río le era familiar aunque fuera imprevisible, distinto cada día...La piscina que se había puesto de moda le resultaba aburridísima.
Las historias que le habían contado acerca de ahogados y las advertencias de sus padres sobre los peligros del agua no tenían nada que ver con el río que el conocía.
Le gustaba nadar en la parte más ancha donde el agua estaba más fresca y tranquila, profunda y rodeada de un paisaje mágico. En un  momento, cuando estaba en medio del río, una imagen se coló en su mente: una enorme alga larga y flexible se le enroscaba en las piernas y lo engullía.
De nada le servia saber que no había ese tipo de algas en su río.
La imaginación lo traicionó sentía las piernas como plomos un escalofrió en la espalda lo atravesaba paralizandolo
Le faltó poco para no alcanzar la orilla que cada día le proporcionaba un disfrute.
Lo hizo más rápido que nunca.
Sentado en una roca tibia de sol, se preguntaba qué había pasado, como su imaginación casi lo paraliza y lo ahoga. ¿De donde había venido aquella imagen del alga serpenteante?
Un polvo gris había empañado, quizás para siempre, la vivencia inocente y fresca de Borja.
En ese instante en que el alga tomo forma en su mente transformándose en algo amenazante. El miedo de Borja, su alga no venia de las oscuras aguas del río.
Borja volvió a nadar en el río a partir de entonces con algunas precauciones.
Había aprendido algo.Su imaginación le había asustado, eso era suyo y venía de dentro.
Podía imaginar muchas cosa acerca del río o de si mismo y dependiendo como lo hiciera encontrria apertura u obstáculo. El conocimiento sabía que tardaría en adquirirlo tal vez demasiado. Tenia que estar atento y abierto.
Pero tenia que nadar hasta la roca en el río de la vida sino lo hacia el alga se lo comería.
M.J



miércoles, 23 de junio de 2010

El Don de la ilusión


Había una vez un payaso que, jugando, jugando al bricolaje, se convirtió en un tornillo pequeño.
Tan pequeño era que se llamaba Tornillete. Nuestro amigo no estaba nada contento con su tamaño. Él quería ser más grande para poder aguantar una estanería con muchos libros.
O para  sostener los caballitos de un tiovivo.
O para mantener cuerdo el cerebro más importante del mundo.
Esos sí que eran trabajos importante, y no lo que él hacía...
Tornillete trabajaba en un reloj. Era una de las numerosas piezas que lo hacían funcionar, pero él pensaba que esa era una labor insignificante, rutinaria y aburrida que no aportaba nada a la sociedad. ¡Tornillete era un tornillo con aspiraciones!
Así que un buen día decidió que no trabajaría más en una tarea tan indigna de alguien como él. Quería ser un tornillo de provecho. Dicho y hecho.
Esa mañana se quedó en la cama sin levantarse...
...y por supuesto el reloj se paró, inevitablemente.
Fue entonces cuando Tornillete tomó conciencia de la verdadera importancia de su trabajo. Porque al pararse el reloj se paró todo. Pero todo, todo.
¡Como no existía el tiempo...! Todo se detuvo al intante y el mismo Tornillete se quedó en la cama sin poderse mover.
Así, desde su inmovilidad, comprendió una cosa que, no por ser obvia, era menos importante.Que no se trata de ser más o menos grande o más o menos relevante, sino de hacer el trabajo que realmente  te gusta con ilusión. Y como a tornillete lo que de verdad le gustaba era ser tornillo de una manguera de bomberos, se puso a estudiar y en poco tiempo consiguió el título.
Actualmente, la manguera del parque de bomberos en la que trabaja es de las mejores del país y Tornillete, de los más felices.
Y para recordar sus buenos tiempos, los domingos hace sesión doble como payaso. Por la mañana, en la plaza y por la tarde, en un teatro.
Y colorín colorado... este cuento se ha acabado.

miércoles, 9 de junio de 2010

UN REGALO


Hoy escribo mis primeros versos
de esta primavera sólo intuida.
Hoy despierto del helado letargo
a símbolos, metáforas… poesía.
El profesor de arte romántico,
habla de pasión y vida,
de lo que al alma mueve
y cada cual siente,
sin importarle lo que digan.
Habla de hermosas obras que
sin aherrojes fueron concebidas.
Recuerda a creadores valientes
que sabían lo que no querían.
Yo, en mi modestia, sólo me alegro
de que para mis primeros versos
de esta primavera recién nacida,
encontré presto una página virgen que
me miraba complacida.

Marzo. 2010-04-05

J. Vicente calabuig

Recibí un hermoso regalo  de un amigo poeta, amante de La Mar y las letras.

Pasados unos días de la fiesta de la calle sin exclusión de todos y para todos donde una mayoria de las personas que se reunieron de letras saben poco y de deleites menos.

Elijo este poema porque la música y la primavera llegan a muchos mas que la razón.

domingo, 6 de junio de 2010

FIESTA DE LA CALLE


PARA TODOS Y CON TODOS

FIESTA DE LA CALLE.

DIVERSIÓN SIN EXCLUSIÓN. SAL Y VÍVELA


DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE
Estas lineas para todos y con todos

Allá, donde se mecen los sueños
con cadencia hay un poema, tras el brillo
sonriente de unos ojos que miran con afecto
hay un poema, en cada una de las arrugas
del semblante de un anciano, hay un poema,
En la tristeza de muchos sin techo, hay un poema.
En una puesta de sol, en una lagrima, en una
gota de roció que llora, hay un poema.
La poesía es el hogar para todos los sentidos
invisibles, transparentes y ocultos que reflejan
las emociones exaltadas del alma.


M.J