
Los “Doctores Sonrisa” con su gran nariz roja y sus batas de color chillón visitan habitación por habitación a los niños que se encuentran hospitalizados. Son artistas, profesionales y especialmente formados para este tipo de situaciones, que juegan con los niños e intenta involucrarlos para que por un tiempo olviden donde se encuentra y descubran un mundo de magia, propio de la infancia.
Alegría: lo más difícil de encontrar en un hospital, donde los adultos pasean de arriba abajo con cara de pena y circunstancia. Sin embargo, de repente se oye una carcajada, seguida de risas y luego otra carcajada aún más fuerte. Y si alguien quiere encontrar el origen de ese jolgorio, basta con asomarse a una habitación, en la que un pequeño paciente se somete a una profunda revisión del doctor TONTON o quizás será la doctora Mete Patas. El objetivo de la institución es aliviar el sufrimiento de los niños hospitalizados a través de la risa, cariño y mas risa.
Esperanza: Dibujar la sonrisa de los más pequeños no sólo les ayuda a olvidar por un instante que pasan por una de las experiencias más traumáticas de su vida, sino que ayuda a los que lo rodean, padres y familiares, a mostrarse más esperanzados sobre la situación del niño hospitalizado. «Yo, que estoy en este hospital desde hace 20 años, puedo comprobar el bien que hace una nariz roja en el alma de los niños enfermos», , Ser positivos y mostrarse frente a los niños fuertes y con una sonrisa de oreja a oreja resulta complicado, cuando, aunque no se sufra la enfermedad como ellos, se tenga conciencia de las consecuencias e implicaciones de la misma. Para ello médicos como el doctor Guay o la doctora Vaga de remate se han especializado en hacer más confortable y agradable tanto las largas, como las cortas estancias en los centros hospitalarios.En las visitas personalizadas, el doctor sonrisa juega, improvisa, e intenta con su labor que los niños y sus familiares olviden por un periodo de tiempo dónde se encuentran, mostrándoles un mundo de color, música, magia, y sonrisas..Pero niño por niño devuelven triplicadas esas sonrisas con la luz de cada criatura, un juego de magia totalmente real.
A veces pienso que trabajamos tanto para los padres como para los niños. Si el niño ríe, el padre también lo hace, y es una auténtica recompensa. Es hermoso comprobar que cuando entras en un lugar un poco tenso, con tu nariz roja, hay como un alivio. Estás allí acompañando para la risa y la emoción, y también para canalizar el llanto" Los payasos de hospitales son incansables, transforman por completo el ambiente, luchando con ayuda de la risa, contra el dolor, el sufrimiento y el aburrimiento. Solo una nariz roja.
Alegría: lo más difícil de encontrar en un hospital, donde los adultos pasean de arriba abajo con cara de pena y circunstancia. Sin embargo, de repente se oye una carcajada, seguida de risas y luego otra carcajada aún más fuerte. Y si alguien quiere encontrar el origen de ese jolgorio, basta con asomarse a una habitación, en la que un pequeño paciente se somete a una profunda revisión del doctor TONTON o quizás será la doctora Mete Patas. El objetivo de la institución es aliviar el sufrimiento de los niños hospitalizados a través de la risa, cariño y mas risa.
Esperanza: Dibujar la sonrisa de los más pequeños no sólo les ayuda a olvidar por un instante que pasan por una de las experiencias más traumáticas de su vida, sino que ayuda a los que lo rodean, padres y familiares, a mostrarse más esperanzados sobre la situación del niño hospitalizado. «Yo, que estoy en este hospital desde hace 20 años, puedo comprobar el bien que hace una nariz roja en el alma de los niños enfermos», , Ser positivos y mostrarse frente a los niños fuertes y con una sonrisa de oreja a oreja resulta complicado, cuando, aunque no se sufra la enfermedad como ellos, se tenga conciencia de las consecuencias e implicaciones de la misma. Para ello médicos como el doctor Guay o la doctora Vaga de remate se han especializado en hacer más confortable y agradable tanto las largas, como las cortas estancias en los centros hospitalarios.En las visitas personalizadas, el doctor sonrisa juega, improvisa, e intenta con su labor que los niños y sus familiares olviden por un periodo de tiempo dónde se encuentran, mostrándoles un mundo de color, música, magia, y sonrisas..Pero niño por niño devuelven triplicadas esas sonrisas con la luz de cada criatura, un juego de magia totalmente real.
A veces pienso que trabajamos tanto para los padres como para los niños. Si el niño ríe, el padre también lo hace, y es una auténtica recompensa. Es hermoso comprobar que cuando entras en un lugar un poco tenso, con tu nariz roja, hay como un alivio. Estás allí acompañando para la risa y la emoción, y también para canalizar el llanto" Los payasos de hospitales son incansables, transforman por completo el ambiente, luchando con ayuda de la risa, contra el dolor, el sufrimiento y el aburrimiento. Solo una nariz roja.