Se necesita mucha paciencia para permitir que los demás se equivoquen.
Se necesita mucho amor para aceptar los errores de los demás.
Se necesita mucha generosidad para escuchar los circunloquios de los demás.
Se necesita mucha humildad para reconocer que nosotros somos también los demás.
BORJA Y SU RÍO
Aquella mañana no parecía diferente de todas las otras.
Hacía calor, no había escuela y nada hacía pensar que la situación fuera a cambiar.
El tiempo en vacaciones fluye ancho, sin orillas.
Ha nuestro amigo Borja le gustaba bañarse en el río le era familiar aunque fuera imprevisible, distinto cada día...La piscina que se había puesto de moda le resultaba aburridísima.
Las historias que le habían contado acerca de ahogados y las advertencias de sus padres sobre los peligros del agua no tenían nada que ver con el río que el conocía.
Le gustaba nadar en la parte más ancha donde el agua estaba más fresca y tranquila, profunda y rodeada de un paisaje mágico. En un momento, cuando estaba en medio del río, una imagen se coló en su mente: una enorme alga larga y flexible se le enroscaba en las piernas y lo engullía.
De nada le servia saber que no había ese tipo de algas en su río.
La imaginación lo traicionó sentía las piernas como plomos un escalofrió en la espalda lo atravesaba paralizandolo
Le faltó poco para no alcanzar la orilla que cada día le proporcionaba un disfrute.
Lo hizo más rápido que nunca.
Sentado en una roca tibia de sol, se preguntaba qué había pasado, como su imaginación casi lo paraliza y lo ahoga. ¿De donde había venido aquella imagen del alga serpenteante?
Un polvo gris había empañado, quizás para siempre, la vivencia inocente y fresca de Borja.
En ese instante en que el alga tomo forma en su mente transformándose en algo amenazante. El miedo de Borja, su alga no venia de las oscuras aguas del río.
Borja volvió a nadar en el río a partir de entonces con algunas precauciones.
Había aprendido algo.Su imaginación le había asustado, eso era suyo y venía de dentro.
Podía imaginar muchas cosa acerca del río o de si mismo y dependiendo como lo hiciera encontrria apertura u obstáculo. El conocimiento sabía que tardaría en adquirirlo tal vez demasiado. Tenia que estar atento y abierto.
Pero tenia que nadar hasta la roca en el río de la vida sino lo hacia el alga se lo comería.
M.J